Intermediarios y distribuidores

En economía, un canal de distribución es el circuito por el que pasan los productos desde que salen del productor hasta que llegan al consumidor. A las actividades propias de un canal de distribución, como el envasado, transporte o almacenaje se les conoce como funciones intermedias porque transcurren entre la producción y el consumo, los dos extremos del circuito.

En un sentido estrictamente económico, un intermediario es una persona o colectivo que realiza una de estas funciones intermedias (envasadoras, transportistas, almaceneros, etc.) Todas estas son funciones necesarias en cualquier economía. En una economía autogestionaria también habrá que envasar productos, transportarlos hasta centros de abastecimiento y almacenarlos.

Sucede, sin embargo, que en el capitalismo también existen intermediarios en los canales de distribución que no cumplen ninguna función social, comisionistas y especuladores que encarecen innecesariamente los productos sin prestar ningún servicio a la comunidad.

A ESTOS SON LOS QUE LLAMAMOS INTERMEDIARIOS Y A LOS OTROS DISTRIBUIDORES

Como colectivo que quiere reproducir aquí y ahora un modelo nuevo de economía, nuestro objetivo no puede ser eliminar la intermediación en los canales de distribución sino ensayar un tipo de intermediación autogestionario. No se trata, por ejemplo, de eliminar la figura del transportista sino de crear una red de transporte coherente con nuestros principios y finalidades. Una prueba de que el transportista es un intermediario necesario en un canal de distribución la encontramos en el actual sistema de reparto a grupos de consumo. Los días de reparto coinciden en Madrid 10 vehículos diferentes con 10 itinerarios casi coincidentes porque los productores hacen el transporte por sí mismos, cuando para esa labor quizá bastarían dos personas, un furgón y un punto logístico. No hace falta entrar en detalle para hacerse cargo de las ventajas de esta labor de distribución en términos medioambientales, ahorro de costes de combustible, racionalización del trabajo, etc.

Para empezar a distinguir a las personas que cumplen en los canales de distribución una función socialmente útil de las que no la cumplen, hemos denominado a éstos últimos “intermediarios” y a los primeros “distribuidores”.

Señalamos algunas diferencias más entre intermediarios y distribuidores, aparte de su utilidad o inutilidad social:

  • El intermediario cortocircuita la conexión entre productores y consumidores, ocultando a los unos de los otros y convirtiéndose en su único vínculo. La información es la mercancía más valiosa del intermediario y cuanto más desconocidos sean entre sí sus proveedores y clientes más dependencia tendrán de él para completar el ciclo de distribución. Por el contrario, el distribuidor es transparente, no interrumpe la conexión entre productores y consumidores (incluso pone en contacto a los que no se conocen previamente) y mantiene relaciones de colaboración con ellos.
  • El intermediario no suele desempeñar una actividad directa en las funciones de distribución. A menudo, es un mero transmisor de órdenes de compra y venta, que puede incluso residir a cientos de kilómetros de las localidades por las que se distribuyen los productos. El distribuidor, sin embargo, trabaja en funciones específicas del canal de distribución: envasa, conduce, almacena, reparte, etc.
  • El intermediario logra su ganancia en la comisión o beneficio especulativo obtenidos en operaciones de intercambio. El distribuidor percibe una remuneración por el servicio prestado, valorada por las horas de trabajo empleadas.